sábado, 14 de mayo de 2016

Reseña: Illuminati

¡A las buenas! Por fin he tenido tiempo de retomar un poco la actividad del blog y ¿qué mejor forma de hacerlo que comentando un juego relativamente viejo que ha sido reeditado hace poco? Eso es, me estoy refiriendo a: Illuminati.


De la mano de Edge tenemos este juego de cartas lleno de sátira en el que nuestro objetivo será conquistar el mundo a base de golpe de billetera, engaños y chanchullos. Al principio de la partida elegiremos un grupo de Illuminati entre los ocho disponibles e intentaremos ser el primero en alcanzar una de las dos condiciones de victoria: controlar un cierto número de grupos cualesquiera dependiendo del número de jugadores o bien conseguir el objetivo específico del grupo illuminati que tengamos. Las zonas de juego son: nuestro grupo Illuminati y todos los grupos que estos controlen, la zona común y la pila de descarte.

Las cartas de grupo tienen unos valores de Poder (1), Resistencia (2) e Ingresos (3); además también tienen flechas que indican la cantidad de grupos que pueden controlar y una serie de tipos como Gubernamental, Violento o Rarito.

El desarrollo de la partida es bien sencillo: al inicio de nuestro turno generaremos la cantidad de dinero (que en este juego es tremendamente importante) que nos indiquen nuestros Illuminati y los grupos que controlemos, después sacaremos una carta del mazo y si es un grupo la pondremos en la zona de grupos no controlados, o nos la quedaremos si es un evento. Una vez hecho esto, tendremos dos acciones para realizar que pueden ser: atacar a un grupo, repartir el dinero entre los grupos o reorganizar la estructura de poder. También podremos realizar acciones gratuitas como dar dinero para hacer tratos con otros jugadores, usar cartas de evento o abandonar grupos. Una vez que hayamos terminado nuestro turno, le tocará al siguiente jugador en el sentido contrario a las agujas del reloj y la partida continuará hasta que algún jugador, al final de su turno o del de otro, haya conseguido cumplir su objetivo.

Cuando elijamos atacar a un grupo podemos hacerlo de tres modos:
  • Para controlar: si atacamos a un grupo de este modo nuestro objetivo será añadirlo a nuestra estructura de poder y beneficiarnos de él.
  • para destruir: si nuestro ataque tiene éxito, el grupo será destruido. Lo pondremos en la pila de descartes y no podrá volver a ser controlado.
  • para neutralizar: si conseguimos neutralizar al grupo de otro jugador lo que haremos será colocarlo en la zona de grupos no controlados.
El resultado del ataque se determina mediante un número objetivo que se calcula del siguiente modo:
  • Se resta el Poder del grupo atacante de la Resistencia del grupo defensor (o del Poder en el caso de que queramos destruirlo).
  • Por cada tipo de grupo que compartan el atacante y el defensor tendremos un bonificador o penalizador dependiendo del tipo de ataque.
  • Cualquier jugador podrá gastarse la cantidad de dinero que quiera para bonificar o penalizar al atacante o al defensor (¿he comentado ya lo importante que es el dinero?).
El número final será el resultado que debamos obtener tirando y sumando el resultado de 2 dados de 6 caras. Si el resultado es menor o igual que el número objetivo, el ataque ha sido un éxito; si sacamos más el ataca habrá fracasado. Es importante señalar dos cosas de los ataques: si el resultado de los dados es 11 o 12 el ataque siempre falla; y siempre que un jugador pierda un grupo por el motivo que sea, perderá también todos sus grupos asociados, por lo que debemos tener cuidado con lo que hacemos con nuestros títeres.


Mi opinión personal es que es un juego muy bueno según quién lo juegue. ¿Qué significa esto? Significa que no es un juego al que pueda jugar todo el mundo: por un lado, la gente que no está muy metida en el mundo de los juegos de mesa puede sentirse un poco abasallada por lo complejo que es el juego en sí, además de que una partida te puede durar entre 30 minutos o 2 horas, cosa que a muchos les echa para atrás. Pero por otro lado, es un juego que, pese al ambiente oscuro de las ilustraciones, está lleno de sátiras y la propia estructura del juego da pie a que cada uno se haga sus propias conspiraciones paranoicas (así que la Comisión triliberal tiene controlado a Hollywood para que le diga al F.B.I. lo que tiene que hacer mientras este mantiene su control sobre las Tiendas de comida macrobiótica, vaya vaya...).

A nivel de reglas Illuminati parece bastante lioso pero cuando te pones a jugar en realidad es muy sencillo, la complejidad del juego radica en la estrategia y la gestión del dinero y de los grupos, ya que es importante tanto la cantidad de dinero que tiene disponible un grupo como su posición en la escala de poder. Este juego, dicho en pocas palabras, es una muy buena combinación de estrategia y gestión de recursos, aunque tiene lo malo que tienen todos los juegos de cartas: el azar de que no salgan las cartas que necesitas. Pero bueno, realmente eso te lo vas a encontrar en todas partes, por lo que a mi parecer no es un punto negativo "real".


Y hasta aquí la reseña de hoy. Espero que os haya gustado y os animo a que si tenéis oportunidad de probar este juego no la desaprovechéis. Haced vuestra propia teoría de cómo nos controlan los ricos y los poderosos.

Hala, a pasarlo bien.
Khorne

Síguenos en Twitter y en Facebook.

Os dejo una foto de lo que contiene la caja básica y sí, la pongo aquí porque no sabía cómo meterla antes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario